Cerca de la ciudad Kuršumlija, en el sur de Serbia, encontramos dos fenómenos naturales, muy peculiares en el mundo. Son unas figuras de piedra o, como los lugareños dicen, “torres” o “pirámides”, y dos fuentes de aguas ácidas, con alta concentración de minerales. Este conjunto forma parte del monumento natural “Ciudad del Diablo.” Situado en plena naturaleza, con las ruinas de antiguos asentimientos, iglesia, cementerio y unas simas, hace que su ambiente parezca místico y salvaje. El monumento se encuentra bajo la protección del Estado y representa Patrimonio Mundial de la Humanidad. También, fue nominado en la campaña de las siete maravillas naturales del mundo.
!["Ciudad de Diablo"](https://serbiaenespanol.com/wp-content/uploads/2022/04/djavolja.jpg)
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Fotos: djavoljavaros.com
Figuras de piedra
Lo más específico sobre esta formación seguro son las figuras de piedra. Se trata de 202 figuras que miden de 2 a 15 metros con el ancho de 0,5 de 3 metros. Todas tienen “tapas” de piedra, que son productos de un específico proceso de erosión que dura desde hace siglos. Las figuras cambian de talla, se mueven, se vuelven más grandes y más pequeñas constantemente. Es un proceso gradual. Las figuras desaparecen y aparecen de nuevo constantemente. El material de las figuras depende de la lluvia y del tipo de la tierra.
Muchos factores influyen en la creación de este fenómeno. Sin embargo, su posición empinada y los factores climáticos (el viento, el sol, la temperatura, etc.) son los más importantes. Parece increíble que una figura de piedra de tres metros de anchura y diez metros de altura pueda mantenerse durante siglos y pesar más de cien kilos.
Fuentes
Otro fenómeno natural de “Ciudad del Diablo” son dos fuentes de aguas ácidas. Se llaman “agua del Diablo” y “manantial rojo”. La primera fuente es conocida por sus aguas muy frías, ácidas y de mineralización fuerte. El agua, entre otros elementos, contiene aluminio, hierro y cobre, cuyos contenidos son extremadamente altos, de 10 a 100 veces más altos que del agua potable.
“El manantial rojo” se encuentra en un terreno llano, a unos 400 metros de “agua del Diablo”. Es menos ácido y con menor mineralización. Debido a su posición y la oxidación de hierro, el agua es de color rojo y tiene un aspecto muy atractivo.
Leyenda sobre «Ciudad del Diablo»
Muchas leyendas circulan sobre este magnífico lugar. La más conocida y aceptada por los habitantes es la siguiente. A saber, hace mucho tiempo, los habitantes de esta región llevaban una vida muy modesta, tranquila y religiosa, lo que no le gustó al Diablo. Por eso, les preparó el agua del diablo para arruinar sus buenas relaciones familiares. Hechizados por el agua, los habitantes decidieron contraer matrimonio entre hermanos. El hada protectora de la región quiso impedir los planes del Diablo, pero los habitantes no le hicieron caso. Al final, le pidió a Dios que parara el incesto. Mientras los habitantes iban a la iglesia para celebrar la boda, Dios unió el cielo y la tierra y les lanzó un viento muy fuerte que les convirtió en piedra. Según la leyenda, las dos figuras más altas representan los novios, mientras que las demás figuras representan el resto de los invitados.
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